Europeos, gente de grandes poetas, artistas, bailarines, cantantes, héroes y por supuesto… excelentes bebedores de café. Esta bebida forma parte de su identidad cultural y gastronómica y, si bien el moka sigue siendo uno de los más consumidos, en los últimos años el consumo de café en cápsulas ha crecido rápidamente, especialmente en el hogar y en las oficinas. Esta posibilidad atrae a los entusiastas, porque permite disfrutar de un café muy similar al de la barra, y el consumidor puede elegir libremente entre diferentes tipos y sabores, prefiriendo un blend con más cuerpo, más suave o quizás aromatizado.
Sin embargo, las cápsulas de café tienen un fuerte impacto medioambiental: se componen de aluminio, plástico, posos de café y, por tanto, son un producto difícil de diferenciar y eliminar. Entonces, ¿cómo no afectar negativamente al medio ambiente? ¿De qué debe ser conscientes como consumidor?
Consumo de café en cápsulas: Los últimos datos
Las cápsulas de café se producen desde principios de los 90, y se difundieron en Europa en la década siguiente, con un auge entre 2011 y 2014: de hecho, se estima que en ese período el consumo pasó de 1,5 a 2,6 millones.
Hoy en día, la compra de cápsulas está creciendo exponencialmente, también porque se realiza principalmente a través del comercio electrónico, de forma rápida y cómoda, sobre todo para grandes cantidades de producto.
La compra online fomenta esta elección, y por ello es importante estar atento, ya que, según los últimos datos, aportados por el estudio europeo Pla4Coffee, las cápsulas de café vendidas en el mundo son 10 mil millones y generan 120 mil toneladas de residuos; una cantidad que te permite viajar alrededor del mundo 12 veces.
De esta producción, 70 mil toneladas se venden en Europa y mil millones de cápsulas solo en España. El impacto ambiental es considerable. 12 mil toneladas terminan en vertederos e incineradoras. Y, si piensa que para deshacerse de una cápsula de café clásica (por lo tanto, no reciclable, biodegradable o compostable) se necesitan al menos 500 años, entiende bien que este es un producto muy contaminante.
Cápsulas de café: ¿Son peligrosas para el medio ambiente?
Antes de hablar de las capsulas nespresso reutilizables, hay que analizar en detalle por qué las tradicionales son tan contaminantes. Las razones son principalmente dos:
Al estar compuestas por residuos de plástico, aluminio y café orgánico, su disposición debe realizarse de una manera particular, dividiendo las partes de la cápsula cuando se tira a la basura. Si esto no se hace, la cápsula genera residuos imposibles de reciclar. Y para eliminar el aluminio presente en la capsula, se producen residuos como arsénico, mercurio, titanio, plomo, cromo, vanadio que son extremadamente dañinos para el medio ambiente.
Otro dato a tener en cuenta es el consumo energético del tueste del café. Si los polvos tradicionales se tratan a unos 200° C, se necesitan 1000° C para la mezcla de las cápsulas, donde también hay grasas y aditivos.
Aparte, las cápsulas de café contienen furano, un compuesto orgánico que se forma durante el proceso de producción de algunos alimentos, clasificado como nocivo para el medio ambiente y para los seres humanos por la EFSA, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria. También por este motivo se buscan soluciones alternativas, que no impliquen el uso de aluminio para sellar el producto.
Precisamente por eso es importante conocer la posibilidad de elegir cápsulas ecológicas, tendencia hacia la que se están alineando la mayoría de fabricantes.
¿Es posible reciclar las capsulas de café?
En los últimos años ha crecido la producción de cápsulas de café reciclables. Se pueden elegir diferentes formas para hacer el producto cada vez más sostenible, y es el consumidor final quien debe encontrar la que más le convenga.
En primer lugar, es importante señalar que las cápsulas tienen varios tipos, como:
Cápsulas reciclables
El reciclaje de materiales permite reinvertirlos en nuevos productos, algunas empresas líderes del sector son sensibles al tema desde hace tiempo y llevan a cabo un programa de recuperación de los materiales que componen las cápsulas de café reciclables. El aluminio se destina a fundiciones que lo transforman en nuevos objetos, y el café residual se convierte en abono fertilizante para los arrozales.
Cápsulas de café reutilizables
Gracias a una patente particular, es posible rellenar el contenedor, que luego se puede desechar, con un ahorro del 85% tanto en el coste del producto como en la producción de residuos.
Cápsulas biodegradables
Estas cápsulas se pueden echar directamente a la basura, y se descomponen gracias a la acción natural de bacterias y microorganismos en unas pocas semanas o meses.
Cápsulas compostables
El café residual y parte del material que compone las cápsulas se convierten en abono para fertilizar y fertilizar el suelo.